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Filtros fotográficos ¿Qué son y para qué sirven? Por Foto24

Uno de los accesorios más útiles en fotografía y a los que, quizás, menos atención se le presta son los filtros fotográficos. Y es que, si sabes utilizarlos correctamente, los filtros pueden ayudarte a conseguir determinados efectos que de otra forma sería muy complicado (o incluso imposible) de hacer, además de ahorrarte tiempo en edición. Para ayudarte a entender la utilidad de los filtros fotográficos y aprender a sacarles el máximo partido en tu próxima sesión, vamos a contarte cuáles existen y cómo pueden ayudarte a mejorar tus fotografías. ¿Estás preparado?


¿Qué es un filtro fotográfico?


Los filtros son un tipo de accesorio fotográfico que se colocan delante del objetivo de la cámara para conseguir un determinado efecto en nuestra fotografía. Cada uno te ayuda a obtener un resultado específico, por eso hoy en día podemos encontrar una gran variedad de filtros en el mercado.


Los filtros fotográficos se hicieron muy populares en la era de la fotografía analógica. En la actualidad hay gente que prefiere confiar en la edición en el ordenador, pero los filtros siguen siendo un accesorio imprescindible dentro del equipo de todo fotógrafo que se precie. El uso de los filtros no se limita a una cuestión estética, sino que en circunstancias particulares van a ser los que nos permitan obtener una determinada foto que de otra manera sería imposible. Ya lo hemos dicho otras veces pero nunca está de más recordarlo: Photoshop no hace milagros. Siempre es preferible hacer la fotografía con los parámetros precisos en el momento de disparar.


Tipos de filtros fotográficos y usos


Hoy en día puedes encontrar una gran variedad de filtros fotográficos, cada uno con una función determinada. Te contamos cuáles son los principales y para qué sirven:


UV

También llamado filtro ultravioleta, es el más conocido de todos. Es un filtro transparente que se encarga de absorber la radiación ultravioleta y reducir la dominante azul de la escena. Además, disminuye la neblina de la fotografía para garantizar una mayor nitidez en nuestras imágenes. En la actualidad muchos modelos de cámaras ya incorporan este filtro frente al sensor. Así que el efecto solo se notará a partir de ciertas alturas, donde la radiación aumenta considerablemente.


Como son transparentes, no distorsionan la imagen y tampoco afectan al color. Los filtros UV se recomiendan sobre todo para proteger la parte frontal de la lente de arañazos, suciedad y golpes. Piénsalo: ¿qué es más económico y fácil, reemplazar un filtro o tener que comprar un objetivo nuevo? Aunque solo sea por tu tranquilidad, este filtro es obligatorio en tu equipo. Aprovecha su doble función y déjalo puesto siempre en el objetivo, por lo que pueda pasar. ¡Más vale prevenir que curar!


Polarizador

Es otro de los filtros imprescindibles entre tus accesorios fotográficos. Con él podrás minimizar o incluso eliminar los reflejos indeseados que aparecen en el agua y en otras superficies reflectantes. Debes tener en cuenta que el efecto de polarización depende del ángulo entre el objetivo y la fuente de luz. Se alcanza el máximo efecto cuando la luz incide en la escena con un ángulo de 90º, pero si el Sol se sitúa delante o detrás de ti no habrá efecto alguno.


Se usa sobre todo en fotografía de paisajes para capturar un cielo mucho más vivo. Al realzar e intensificar los colores, el contraste entre cielo y nubes será mucho mayor. El cielo se verá más azul y las nubes se verán más blancas. También sirve para que el colorido de las plantas se vea más saturado.


ND

La principal utilidad de los filtros ND o de densidad neutra es reducir la cantidad de luz que entra por el objetivo y llega al sensor de la cámara sin tener que modificar los parámetros y sin alterar los colores de la escena. Y tú pensarás “¿Para qué voy a querer yo oscurecer mi foto?”. Te voy a poner un ejemplo muy sencillo: imagina que estás haciendo fotos en un día muy soleado y quieres captar el movimiento de algún objeto sin renunciar a que la foto quede correctamente expuesta. ¿Cómo lo haces? Efectivamente: con un filtro de densidad neutra.


Gracias a estos filtros puedes aumentar el tiempo de exposición o la apertura de diafragma para conseguir efectos muy llamativos. Un ejemplo es el efecto seda en el agua, estelas o cielos movidos. O simplemente puedes usarlo para reducir la intensidad lumínica para hacer fotos sin sobre-exponer en días de luz muy intensa.


La capacidad de reducción de luz del filtro viene determinada por el número que acompaña a las siglas ND de la siguiente manera:

Dentro de los filtros de densidad neutra nos encontramos con el filtro de densidad neutra variable, que no es más que un filtro con varios pasos de densidad. De esta forma, es como si lleváramos en un único filtro varios filtros con diferentes densidades. Por ejemplo, el Gloxy ND2-ND400 es un filtro de densidad neutra variable que permite ajustar distintos niveles. El efecto que tiene sobre tu fotografía puede ser como si cerrases un paso de diafragma o hasta 9 pasos de diafragma.


Filtros fotográficos degradados

Los filtros degradados sirven para equilibrar los contrastes y compensar las grandes diferencias de luz que podemos encontrar en una escena, por ejemplo, entre el cielo y la tierra o el cielo y el mar. Al usarlos, nos aseguramos de exponer correctamente toda la escena en una única toma y conseguir gran detalle tanto en las zonas más iluminadas como en las más oscuras.


Gracias a este filtro puedes aumentar el rango dinámico de la imagen sin tener que recurrir a la edición para realizar un HDR. Es decir, puedes lograr una exposición correcta en todas las zonas de la fotografía evitando sobreexposiciones y subexposiciones. Sin el filtro degradado tendrías que realizar al menos dos tomas. Una de ellas exponiendo correctamente el cielo y la otra exponiendo la parte inferior de la imagen para luego unirlas en edición. Con el filtro degradado es mucho más cómodo, lo haces todo en un único paso.


Los filtros degradados tienen dos partes bien diferenciadas: una coloreada y otra transparente. La parte coloreada reduce la cantidad de luz recibida por el sensor en esa parte de la escena, mientras que la zona de la parte transparente no se ve afectada. Se utilizan mucho en fotografía de paisajes.

A la hora de elegir un filtro degradado debemos fijarnos en dos características:

  • Densidad de la parte coloreada: Reducirá en mayor o menor medida la intensidad de la luz que llega hasta el sensor.

  • Tipo de transición entre la parte coloreada y la parte transparente: Puede ser dura cuando la transición es pronunciada o suave cuando se produce de forma gradual. La elección de uno u otro dependerá del tipo de horizonte que tengamos en nuestra foto.

Infrarrojo

Si quieres conseguir imágenes verdaderamente llamativas y originales, con un filtro infrarrojo te asegurarás sorprendentes resultados. Este tipo de filtros bloquea el espectro visible y solo deja pasar la luz infrarroja, imperceptible para nosotros. De ahí que la imagen resultante sea tan peculiar.


Eso sí, aunque tengas este filtro, la fotografía infrarroja necesita de revelado digital para conseguir resultados interesantes. Ten cuidado: si no se hace correctamente la foto simplemente aparecerá roja.


Filtros fotográficos de corrección de color

Como su propio nombre indica, los filtros de color sirven para modificar el color de la escena que estamos retratando, bien sea para corregir una dominante, acentuar un determinado color o darle un toque creativo. Se usan sobre todo en la fotografía en blanco y negro para conseguir tonos grises más contrastados al separar mejor los distintos tonos de un color.


Quizás te parezca que el uso de estos filtros ha quedado algo desfasado hoy en día por la utilización del balance de blancos. Pero también te pueden ayudar a ahorrar tiempo en postproducción o darle una nueva dimensión a tu foto al, precisamente, acentuar esas dominantes o teñirla de otros colores.


¿Cómo elegir la medida del filtro adecuada para un objetivo?


Una de las dudas más frecuentes que surgen a la hora de elegir un filtro para nuestra cámara es saber en qué tamaño hay que elegirlo. ¿Cómo puedes averiguarlo? Es muy fácil: solo tienes que mirar el objetivo de tu cámara y fijarte en el número que aparece al lado del símbolo Ø, ya que el diámetro del filtro adecuado se corresponde con el diámetro del objetivo.


No confundas el diámetro con la distancia focal del objetivo, ya que no tienen nada que ver. Recuerda que la medida que debes tener en cuenta es la que aparece al lado del símbolo de diámetro Ø.


La gran mayoría de filtros están disponibles en diámetros que van desde los 37mm hasta los 77mm. Sin embargo también existen anillos adaptadores de filtro que te permiten utilizar los filtros en objetivos que no tienen el mismo tamaño. Esta puede ser una buena solución para hacernos con un único filtro y utilizarlo en objetivos con diferentes diámetros. Pero ten cuidado si decides utilizar un filtro de diámetro menor que el objetivo, ya que corres el riesgo de que la imagen salga viñeteada.


Filtros fotográficos redondos vs Filtros cuadrados: ¿en qué se diferencian?


Podemos encontrar dos tipos de filtros según su forma: redondos y cuadrados. Los redondos se enroscan en la parte frontal del objetivo. Lo ideal es que sean muy finos, ya que si son demasiado gruesos y el objetivo angular corremos el riesgo de que la imagen viñetee. En cambio, los filtros cuadrados necesitan de un portafiltros adaptado al objetivo para poder utilizarse.


Elegir un sistema u otro depende del uso que vayamos a hacer de los filtros. Los redondos son perfectos para usarlos individualmente, cuando todos nuestros objetivos tienen el mismo diámetro. Y los cuadrados para conseguir determinados efectos creativos que solo se pueden obtener con varios filtros a la vez. O para deslizar el filtro hasta una posición concreta para lograr con precisión un efecto concreto. Por ejemplo, un filtro graduado para una foto donde el horizonte no se encuentra en el centro de la imagen. Sin embargo, para proteger el objetivo es más recomendable un filtro UV redondo, uno cuadrado no tendría sentido.


Si eres de los que prefiere los filtros cuadrados, la solución más cómoda y fácil será incluir un portafiltros universal en el equipo. De esta manera, podrás utilizar todos tus filtros cuadrados en tus objetivos, sea cual sea su diámetro. Con el portafiltros universal tipo P/M puedes utilizar todos los filtros cuadrados del tipo P/M independientemente de la marca que sean, puesto que todos tienen la misma medida estándar.


Solo tienes que saber el diámetro de tu objetivo para elegir el anillo adaptador adecuado, acoplar el portafiltros e instalar el filtro (o los filtros) que desees usar en ese momento. ¡Así de fácil!

Conclusión


Como ves, los filtros fotográficos muchas veces pasan desapercibidos y nos parecen un accesorio menor. Pero, sin ellos, nuestras posibilidades creativas no serían tan amplias. No se trata de tenerlos todos porque sí, sino de analizarnos como fotógrafos y cuestionarnos cuáles son aquellos filtros que vamos a utilizar con mayor frecuencia y a los que vamos a sacar el máximo provecho. En cualquier caso, el uso de filtros te hará crecer como fotógrafo y ampliará tu mirada creativa a través del visor.


Os dejo los enlaces a los filtros y portafiltros que adquirí en este mes de Mayo. Son unos filtros de la marca Cokin que, para los aficionados y principiantes, son una gran elección en cuanto a calidad-precio.


Cokin Kit Expert Serie P/M (Portafiltro, 4 anillos adaptadores y 3 Filtros ND: ND4, NDG4 y NDG8)

Cokin Kit 3 Full ND Serie P/M (3 Filtros ND: ND2, ND4 y ND8)

Estuche Cokin (Capacidad para el portafiltro, 3-4 anillos adaptadores y 5 filtros cuadrados o rectangulares)


Fuente: Blog Foto24



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